Me quedo con otro alcalde, el del municipio tinerfeño de El Rosario, Escolástico Gil Hernández, quien, pasito tun-tún y siempre en positivo, va sacando cosas y ganándose a pulso el reconocimiento y el cariño de la ciudadanía de su municipio. El bueno de Escolástico Gil no pierde tiempo en cuitas, piques y demás mezquindades politiqueras, y se dedica a aportar ideas y proyectos en positivo. Me he enterado de que el hombre tiene entre manos el desarrollo de un atractivo proyecto que enlaza tradición con devoción, historia con turismo y producción local con economía y generación de puestos de trabajo y riqueza. Todo ello, en “tierra de corsarios” … A ver si el Cabildo y sus técnicos se “ponen las pilas”, están a la altura de los tiempos que corren y “desatascan” tramites muchas veces incomprensibles.
La casa del corsario Amaro Pargo (arriba a la Izda.) y parte del viejo Camino Real de la Virgen de Candelaria, vistos desde los viñedos de La Hijuela en “tierra de corsarios”.